lunes, 27 de febrero de 2012

Ansiedades

Empiezan las clases.
Taller de origami.
Una nueva película de Ghibli, lo único que sé es que ya está y hasta no verla es lo único que quiero saber.


También está el trabajo pendiente para variar (acá va ultimo en la lista, ojalá en mi cabeza fuera igual...)

jueves, 23 de febrero de 2012

Empieza el año

Había escrito una larga queja sobre lo difícil que es volver de las vacaciones pero se me borró. Por algo será.
Ayer fue la reunión de padres para primer grado y me quedé pensando como fue mi principio de clases allá lejos y hace tiempo.

Cuando ví a la que iba a ser mi maestra de 1oD no me gustó. Me cambié a fila de 1oB pero se dieron cuenta al rato y me mandaron de vuelta. Marta no era tan joven y linda como la de 1oB pero tenía muchos años de experiencia y fue la mejor maestra que tuve en toda la primaria.
A mi hija le toca una maestra que se recibió el año pasado y este es su primer primer grado. Estaba muy entusiasmada pero se la veía nerviosa. Supongo que es lo esperable. Creo que va a estar todo bien, o por lo menos eso espero!

Mi mamá me dió un billete marrón (de 1000 pesos) para que me compre algo en el recreo.
No hay kiosko. Mejor.

Jugaba a las cartas a escondidas abajo del asiento con mi compañera de banco (no en primer grado).
A ella le piden un mazo de cartas y 2 dados.

También un almohadón para sentarse a escuchar cuentos y algo que la ilusiona y le ganó con creces a la expectativa que tenía por la cartuchera: un pen drive de 1 GB.
Es casi lo único que me falta. Pidieron que fuera con forma de pen drive, nada estrafalario, pero me gustaría que sea lindo, si es que puede ser lindo un pen drive y ya que estamos sin tapa que se pueda perder, y con posibilidad de agregarle una cinta para que se lo pueda colgar.


El principal problema es el horario.
Yo iba a la tarde, entraba a la una y dorrmía hasta las 11. Así y todo salía medio dormida.
Tiene que entrar 7.45. No puedo ni siquiera imaginarme a la hora que nos vamos a tener que levantar.


Mi mamá no trabajaba, yo sí.
Todavía me hace un poco de ruido en la cabeza la doble jornada, de ella y mía.