viernes, 8 de junio de 2012

Menú rosarino

Champan de inicio, acompañado por endivias con una pasta de queso y salmón en plato único en el centro de la mesa que obviamente no probé.
Me empecé a preocupar.
Lomo envuelto en masa con chutney de mango y hongos en base de pate de foie.
Alivio total y absoluto: una exquisitez.
Vino rico con nombre dificil de olvidar: Callejón del Crimen.
Chipacitos calientes en honor a una invitada chaqueña.
Pan. Me encanta el pan pero el plato principal me hizo olvidar la panera. Me dió miedo encontrarme de golpe mojando el pancito en los casi invisibles restos de chutney del plato.
Suspiro limeño. Postre líquido con una crema arriba. Apenas vuelva me pongo a recorrer restaurants peruanos en busca de esa delicia.
Café con espuma y bombones.
Licor casero de no se cuantos millones de cosas en el mismo licor.
Dueño de casa con tanta habilidad para contar historias como para la cocina.
No sé como hacer para no irme a dormir después de todo esto.
Gracias Susana y Lula.
Cuando mi mamá me dice que todo va a estar bien me enoja un poco, pienso y ella cómo sabe???
Pero la realidad es que necesitaba que me dijeran o incluso aseguraran que el menú no iba a ser quesífero y mi mamá no estaba ubicable.

6 comentarios:

  1. ;) Me alegro un montón! Qué rico que suena todo!!!

    Besos ♥

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  2. Menos mal que te olvidaste la panera!!! Los chipá me los comí yo ayer en lo de Ale!!! Caseritos!!! MMMM!!!ricos, puro queso!!!!!Ja!!!
    Ella sabe!!! Siempre sabe!!!!

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  3. Menos mal que te olvidaste la panera!!! Los chipá me los comí yo ayer en lo de Ale!!! Caseritos!!! MMMM!!!ricos, puro queso!!!!!Ja!!!
    Ella sabe!!! Siempre sabe!!!!

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  4. Uufff que susto no podía ser toda la comida con queso!!!me alegro que pasaras una buena noche...beso

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  5. Me alegro que todo haya salido bien y que el queso haaya brillado por su ausencia. ¿Viste algo de Rosario?

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  6. Ví gente linda, comida por todas partes, un cuadro del monumento a la bandera en el hotel, las cuatro o cinco cuadras que caminé y la terminal de ómnibus. El domingo almorzamos en el Colegio de escribanos, lindo lugar y espectacular la comida. Me fui a las cuatro antes del café para no llegar a casa tan tarde. A la noche había un asado en las afueras para los porteños que se quedaban. Cuento con verguenza que cuando esta misma gente vino a Bs As no los llevamos ni a tomar un café. No se de que me voy a disfrazar cuando vuelvan por que no me imagino pidiendo un delivery de empanadas...
    Besos

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