Galinhos y Bublé

Al poco tiempo de conocer a mi marido, fui a Brasil con una amiga.
Habíamos salido un par de veces pero daba la sensación de que venía todo bien..., de hecho vino con el marido de mi amiga a despedirme al aeropuerto.
Un dia antes de volver lo llamé para avisarle que me quedaba una semana más.
Estando en Rio Grande do Norte nos dieron ganas de ir a Galinhos, conseguimos cambiar el pasaje por teléfono hablando en portuñol y nos fuimos a esta isla o península según la época.

Foto aérea

El lugar era sumamente tranquilo, sencillo y familiar.
La única posada era de un italiano, nos quedamos ahí.
No había restaurantes ni bares pero algunas familias recibían turistas a comer en sus casas.
A la tarde salía el profesor de gimnasia con todos los chicos a correr por la playa.
Había un solo teléfono en todo el pueblo, en la plaza principal un monumento con ventanita guardaba la televisión y los vecinos se juntaban a la tardecita y después de alguna que otra discusión conseguían ponerse de acuerdo en el canal.
Un día quisimos hacer caipirinha y fue un triunfo conseguir los ingredientes. Compramos la cashaca en un lugar, el azúcar en otro donde se sorprendieron de que compráramos el paquete entero (y no la mitad por el costo) y los limones nos los regaló un vecino, ya que no había en ninguna parte.
Mañana y tarde veíamos ir y venir las jangadas. Preguntamos si nos podían llevar a pasear pero nadie aceptó aunque ofrecimos pagarles lo que ganarían en un día de pesca o incluso más porque eran para "trabajar" y no entendían que alguien quisiera simplemente dar una vuelta. Tuvo que interceder el dueño de la posada para convencerlos. Jugamos como chicas rodando en la arena de las dunas donde a diferencia de Genipabu no había un solo buggie.

Genipabu

No se como estará ahora. Hace doce años era un paraíso.

Salinas

Posada

Vida de pueblo

Jangada

Cangrejo

Yo

(buscando parece que los paseos en jangada y los buggies son algo habitual y hay más de una posada pero aparentemente sigue siendo un lugar tranquilo... )


Esto vino de repente por que a partir de un llamado de mi amiga en cuestión, empecé a pensar en cuantos lugares románticos, solteras o casadas, habíamos estado juntas: Galinhos, Boipeba, el Bar do Arante en Brasil con todos sus papelitos, los Bateaux Mouches  (y sí, incluso con la descripción grabada en 10 idionas un paseo por el Sena es romántico), atardecer en Graskop en esa pileta con fondo de piedras que da al vacío entre tantos otros.
El llamado fue para invitarme a ir con ella a ver a Michael Bublé por que tiene entradas y el marido está de viaje...