Día libre

Ayer fue un día raro.
Salí de casa, me saqué lo mejor que pude la culpa de encima por no trabajar por un día y me fui a Villa Urquiza a buscar el premio de Solo para mí, una caja llena de cosas lindas. Me enamoré del delantal con pajaritos a primera vista. No va a faltar quien piense "para qué lo va a usar???" pero nunca se sabe, y menos con un delantal tan inspirador. Parte se queda en casa y parte ya volvió a su embalaje original y es para mi hermana. Fue una lindísima sorpresa conocer Marina y también a Vani y compartir un desayuno tardío/almuerzo.

Seguí camino para encontrarme con una mamá para elegir regalos para el día del maestro (nunca jamás en mi vida me había ocupado de eso). Aunque decir que me ocupé es mucho decir. Lo pasamos muy bien. Lo que más me gustó del lugar donde compramos los regalos fue una pared pintada con grullas de origami y una remera con estampado de pajaritos (fui al cajero a sacar plata y volví con una sonrisa de oreja a oreja a buscarla).

Tenía que ir a comprar en una ferretería un carrito con ruedas para poner abajo de la heladera. Al bajar del colectivo justo había una librería enfrente de la parada y encontré "Con la cabeza en las nubes", pero cuando voy a pagarlo no tenía más la tarjeta y me viene a la cabeza la vaga sensación de haberla dejado en el cajero...

Igualmente pude llegar a casa con regalos, libro y carrito, a tiempo para hacer la denuncia sin que me falte un solo peso .
Hoy todo volvió a la normalidad, o casi, pude ir a almorzar con mi mamá , cambiar el carrito que había venido mal soldado y comprar una espátula de esas para cortar torta de acrílico transparente para estrenar con un bizcochuelo de vainilla casero recién salido del horno.