miércoles, 6 de abril de 2011

Lluvia de viernes

Venía caminando con nuestro destartalado cochecito, una hija sentada, la otra parada en la parte de atrás, 2 mochilas y un bolso cuando se empezaron a ver los primeros relámpagos.
Pensé en tomar un taxi pero tenía ganas de caminar. Empezaron a caer las primeras gotas. Me  imaginé sacando las cosas de la parte de abajo, plegando el cochecito y subiendo al taxi y me dieron más ganas todavía de seguir caminando, igualmente no había taxis a la vista. Empezó a llover en serio. Me imaginé la cara del taxista si es que pasaba y paraba al vernos subir medio mojadas y con todo el coserío, cochecito incluído, pero a esta altura era difícil ver algo más que las luces de los autos y probablemente si hubiera pasado un taxi no me hubiera dado cuenta. LLegamos hechas sopa, después de cruzar calles que parecían ríos con olas, esquivar los pozos que por suerte conocemos de memoria y como yapa un poco de granizo en la última cuadra. La verdad, dejando de lado el granizo, nos divertimos mucho. Es linda la lluvia cuando ya te resignaste a estar mojado, no hace frío y estás camino a tu casa y a un baño calentito. Lo que no sé es si la tos de mi hija menor tiene que ver con eso. En todo caso la culpa es de la lluvia...

2 comentarios:

  1. De chicos nos encantaba jugar bajo la lluvia....
    Esos días eran ideales para ir a juntar mojarritas, saltar charcos y buscar sapos y escuerzos!!!!
    Hoy vuelvo a disfrutar de los días de lluvia,y mi cactus agradece un poco de agua!!!!

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  2. Dejas el cactus abajo de la lluvia? No se te va a pudrir por exceso de agua?

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